Al igual que hace 25 años atrás, Jorge Zabaleta volvió a inscribirse al Raid Atacama, pero, a diferencia de la ocasión anterior, en esta oportunidad lo acompaña su hijo, Antonio de 15 años.
El joven tiene una importante misión como copiloto en esta instancia en la que está participando el actor, puesto que, es el encargado de leer el GPS, mantenerse alerta a las situaciones que se presente en la ruta, entre otras labores de la carrera.
“Es increíble andar con mi hijo al lado. Él es muy partner y mientras yo conduzco él va leyendo el GPS, atento a cualquier cosa para que no nos perdamos”, revela Jorge Zabaleta a LUN.
“A mí me gustan mucho los autos antiguos y me metí en un grupo en el que hacemos paseos. Mi hijo también tiene esa afición, me acompaña y me ayuda con la limpieza y armado de piezas. Yo digo que él va a heredar mi auto BMW modelo 323i del año 81. Es muy bueno que compartamos estos gustos, especialmente por la distancia generacional que hay entre nosotros”, agregó.
El desafío de Jorge Zabaleta y su hijo
Jorge Zabaleta también destacó el especial vínculo que lo une con su hijo, Antonio. Esta instancia sin duda ha logrado unir su relación, ya que el joven se encuentra completamente entusiasmado con el nuevo desafío de su padre.
“Está feliz, súper entusiasmado. Cuando terminamos la carrera tenemos que dedicarnos a la revisión y mantenimiento del buggy. Antonio saca los filtros de aire y los limpia feliz. Le encanta este tema”, expresó a LUN.
A su vez, Jorge Zabaeta sumó una anécdota que tuvieron en el primer día en Raid Atacama, cuando se perdieron en la ruta por un largo periodo de tiempo.
“El primer día nos extraviamos un rato. No sabíamos dónde ir por 3 horas, porque aunque el GPS te dice que la caravana está cerca, se dificulta el camino. Entonces vimos que un tipo que iba con mucha seguridad hacia un lado, como si supiera dónde iba. A los 45 minutos supimos que tampoco sabía”, comentó.
