En mayo pasado, Billie Eilish posó para la portada de la revista Vogue y lo hizo con un atuendo de corsé y ligas. El reportaje causó gran revuelo en redes sociales, pues, hasta ese momento, se caracterizaba por usar ropa holgada que la cubría de la cabeza a los pies.
Ella creyó que sus fans se acostumbrarían a su nueva imagen que, además, incluía su melena rubia platino.
Sin embargo, cuando en julio de este año compartió en su cuenta de Instagram una serie de selfies en las que llevaba puesta otra prenda muy similar, con un pronunciado escote, su número de seguidores comenzó a irse.
"La gente se aferra a los recuerdos"
"La gente se aferra a ciertos recuerdos y desarrolla una fijación. Pero resulta muy deshumanizante. Perdí cien mil seguidores solo por mis pechos. Por alguna razón, a la gente le dan miedo los pechos grandes. Se supone que ni siquiera tienes que saber quién eres realmente hasta que llegas a mi edad o eres incluso más mayor", comentó Billie Eilish a la revista Elle.
Consideró, en ese sentido, que la gente presta más atención al cuerpo que al talento musical de los intérpretes.
Dijo que también le ofende que se dé por sentado que solo cambia su aspecto físico para dar que hablar o provocar cuando, en realidad, si dijo adiós a su antigua melena oscura con mechas verdes fue porque le impedía 'camuflarse' entre la multitud.
"Siempre he abrazado un color de pelo diferente"
"Mi objetivo no era hacer algo para que todo el mundo empezara a pensar en mí de forma diferente. Siempre he abrazado un color de pelo diferente y una estética nueva para cada cosa que he hecho" indicó.
Mencionó que hace unos días publicó un vídeo en el que todavía tenía el cabello verde, y hubo quienes escribieron: "Echo de menos a esa Billie".
"¡Sigo siendo la misma persona! No soy una Barbie a la que se le puedan poner diferentes cabezas", lamentó la cantante.