Juliette Binoche es una de las actrices francesas más reputadas. A sus 58 años, es un ícono del séptimo arte: ha sido reconocida en los tres festivales de cine más importantes del mundo con el premio a mejor actriz de cada uno.
En Cannes ganó por "Copie conforme" (2010), de Abbas Kiarostami; en Venecia, por "Trois couleurs: Bleu" (1993), de Krzysztof Kieslowski, y en Berlín por "The English Patient" (1996), de Anthony Minghella, por la cual también ganó el Oscar. Este año recibirá el Premio Donostia del Festival de San Sebastián en reconocimiento a su carrera.
Y ahora hace un papel arriesgado en "Paradise Highway" como una trailera que, para salvar a su hermano (Frank Grillo) de prisión, accede a transportar cargas ilegales, hasta que "el paquete" es una niña que involucra a una red de tráfico sexual infantil.
Según contó, en declaraciones citadas por el diario mexicano "La crónica de hoy", para interpretar a esta conductora de tráiler pasó cuatro días con una verdadera conductora, además de que aprendió a manejar un vehículo de 15 metros, algo que, dijo, es "un trabajo enormemente físico".
Allí pudo darse cuenta de la misoginia "del mundo tan masculino de los camioneros". Y vio que para contrarrestar los peligros, las traileras tienen una red de intercomunicación, lo cual fue aprovechado por la directora Anna Guto en la trama de "Paradise Highway" como uno de los elementos importantes de la película en la que Morgan Freeman interpreta al agente del FBI que busca a la niña.
Binoche subraya que el filme es una llamada de atención contra la esclavitud infantil, casi invisible pero que “no es una fatalidad, pues hay un modo de cambiar las cosas, de abrir los ojos a muchas personas (para que entiendan que) no hay nada más horrible sobre la tierra que esclavizar a niños y servirse de ellos como si fueran objetos”.
"Paradise Highway" estrena en cines de Estados Unidos este 29 de julio.