"E.T., el extraterrestre" es una de las joyas de los años 80 llena de magia y amor por la infancia. La cinta de Steven Spielberg tiene diversas anécdotas detrás que la convierten en una producción fascinante. Una parte del relato de ciencia ficción que robó el corazón del público fue inspirado en un episodio triste en la vida de su director.
Durante la noche de apertura del Festival de Cine de Películas Clásicas TCM, el cineasta se refirió a cómo el divorcio de sus propios padres le hizo pensar en la escena final de su película, una de las más taquilleras en la historia del cine y de las más emblemáticas de Spielberg. "¿Qué pasaría si esa pequeña criatura nunca volviera a la nave?"
"¿Qué pasa si convierto mi historia sobre el divorcio en una historia sobre niños, una familia, tratando de satisfacer la gran necesidad y creando tal responsabilidad? Un divorcio genera una gran responsabilidad, sobre todo si tienes hermanos, todos nos cuidamos. ¿Qué pasaría si Elliott, o el niño (aún no había soñado con su nombre) necesitaran, por primera vez en su vida, convertirse en responsables de una forma de vida para llenar el vacío en su corazón?", comentó.
Detrás de esta producción se esconden diversos secretos que la convierten en un producto fascinante. Uno de ellos es que en primera instancia se trataría de un relato de horror: el extraterrestre sería una criatura monstruosa que destruiría todo a su paso al ser abandonado por su raza en la Tierra, pero Spielberg la transformó en un relato más amigable e incluso tierno.
"Había estado trabajando en un guion real sobre la separación y el divorcio de mis padres y había estado trabajando en ideas sobre eso y lo que nos hizo a mis hermanas y a mí", finalizó.