Chef Slowik (Ralph Fiennes), un chef que está en su momento, tiene que responder a los inversores del exclusivo Hawthorn, y tiene una peculiar manera de darle la vuelta a tales peticiones.
"The Menu" sigue su curiosa y aterradora propuesta de exclusividad. En esta comedia de humor negro, Margot, interpretada por Anya Taylor-Joy ("Last Night in Soho", "The Witch") es invitada por su novio Tyler (Nicholas Hoult) a una experiencia gastronómica en una isla en el restaurante exclusivo Hawthorn, donde el solitario y mundialmente célebre chef ha preparado un lujoso menú de degustación para invitados especiales selectos.
Ralph Fiennes ("El gran hotel Budapest", "El paciente inglés",) inventó una historia de fondo completa para el personaje como alguien cuya pureza artística ha sido empañada por su rica clientela.
“Ha llegado a odiar al consumidor de élite y a sí mismo por haber sido corrompido por ellos”, explicó en una entrevista compartida por el estudio. “Son una clientela que nunca puede estar satisfecha. Es un perfeccionista y constantemente tiene que mantener un nivel de perfección para las personas que nunca lo aprecian realmente. El atractivo del guión era que considera todo el espectro de los personajes en el marco de una comedia negra”.
“Chef’s Table”, la serie que reúne a estrellas culinarias innovadoras de todo el mundo, fue una fuente de inspiración para Fiennes. Si bien Chef Slowik no se basa específicamente en un chef específico de la vida real, Mylod le envió al actor una serie de episodios de la serie, incluido el del chef de Chicago Grant Achatz, que dirige el restaurante Alinea de 3 estrellas Michelin.
Fiennes también pasó bastante tiempo en el set con el chef Dominique Crenn, galardonado con una estrella Michelin, que también aparece en "Chef's Table", quien dio vida al menú que aparece en la película y consultó con los cineastas para saber cómo se relaciona un chef con su personal de cocina.
“Tenía el cliché de la cocina caótica en la cabeza, con el chef gritando por encima de todo”, dijo Ralp Fiennes. “Pero cuando Dominique me contó sobre su cocina y cómo le gustaba trabajar, así es como vi la cocina de Slowik: el control y el poder están en la dedicación del personal de cocina al chef y su comida. No hay sonoridad ni violencia. Solo un asentimiento, una mirada y pequeños murmullos de corrección o aliento”.