Durante mucho, muchísimo tiempo, Camilla ha sido la persona menos querida por los británicos en todas las encuestas sobre la Casa Real y muchos británicos la llamaban con desprecio “the mistress” (la amante) pues su historia de amor comenzó cuando el ahora rey Carlos aún estaba casado con la princesa Diana, a quien el pueblo inglés le tiene un cariño muy especial.
Carlos y Camilla cumplieron el 9 de abril 18 de casados y medio siglo de amantes. Se conocieron en 1970. El ahora rey quedó encantado con aquella joven con quien compartía la pasión por la caza, el polo, la cultura y la jardinería pero sobre todo lo hacía reír y sentir un hombre normal.
Se transformaron en “amigos con derechos”, pues él solía visitarla en su departamento del barrio de Belgravia y ella en su mansión de Broadlands. Lo que parecía una relación fugaz se convirtió en un vínculo fuerte. Se enamoraron, sin embargo el matrimonio era imposible.
En enero de 1973, Carlos se embarcó para pasar ocho meses con la Royal Navy y después recibió una carta de su amada, quien le avisaba que se casaba con Andrew Parker Bowles. Carlos quedó destrozado, después tuvo varios romances hasta que al final se casó con Diana Spencer, quien conquistó el pueblo británico con su carisma.
Según la biografía oficial de Carlos, en 1986 Camilla y él volvieron a ser amantes, pero se dice que nunca dejaron de serlo, así que la esposa de Andrew Parker Bowles se convirtió en la persona más odiada del reino por haber interferido en el matrimonio de los príncipes de Gales.
Carlos y Diana se separaron en 1992 y su divorcio se hizo oficial cuatro años después. La princesa de Gales llegó a culpar a Camila por arruinar su matrimonio y durante años fue comparada con la amada “Lady Di”.
Tras la muerte de Diana, los empleados de la familia real encargados de limpiar la imagen de la casa real británica empañada por diferentes escándalos, comenzaron a trabajar para integrar a Camila y darle un papel más público. Su primera aparición pública como pareja de Carlos fue en 1995 y 10 años después la pareja decidió casarse. Desde entonces, la visión de los británicos sobre Camila ha cambiado, una tarea que ella misma ha admitido que no ha sido nada fácil.
¿Qué estrategia siguió Camilla para lograr mayor aceptación?
En Reino Unido durante muchos años hubo un debate sobre si Camila alguna vez sería conocida como reina consorte. La línea oficial había sido que fuera conocida como princesa consorte, en un intento por relajar a aquellos que la culpaban por la ruptura del matrimonio entre Carlos y Diana.
Sin embargo, el año pasado, la reina Isabel decidió cederle todo el protagonismo previo al Jubileo de Platino. Cuando ella cumplió 70 años en el trono, la noticia no fue otra que Camilla y su título de reina consorte y ahora simplemente reina, tal como se confirmó en la invitación a la coronación, en una clara muestra de que la esposa del rey se hizo oficialmente un hueco en la familia real.
Mejorar la imagen de la ahora reina del Reino Unido ha sido una de las mayores tareas de la corona. Cuando decidieron casarse fue el primer paso que dieron en el difícil camino de su aceptación.
A la par del plan de la corona para limpiar su imagen, la exduquesa de Cornualles mantuvo un perfil bajo, se concentró en su proyectos de caridad. Ella ha trabajado de una forma muy discreta, apoyando en todo momento al rey Carlos en estos últimos 18 años y ha jugado muy bien sus cartas.
A un mes de su coronación, ya se pueden ver se pueden ver actos que se enmarcan en esta operación de lavado de imagen que busca que Camilla sea la mejor compañera para el rey Carlos III como la forma en que honra a su fallecida suegra, con sus accesorios y la cercanía que ha mostrado con el pueblo en sus actos oficiales.