Aunque para Sharon Stone, la película “Bajos Instintos” significó dar el gran salto y catapultar su carrera en Hollywood, el precio que tuvo que pagar en su vida por su interpretación de “Catherine Tramell” fue muy alto, pues la convirtió en el arquetipo de mujer fatal.
Sin embargo, a nivel personal la fama que la colocó como una gran estrella del cine, le salió muy cara porque el papel de la escritora y asesina serial jugó en su contra durante su divorcio de Phil Bronstein en 2004.
La actriz aseguró que fue víctima de un abuso claro por parte del sistema durante el juicio posterior en el que se decidía quién se quedaría con la custodia de Roan, el hijo que habían adoptado en común y actualmente tiene 22 años.
La decisión que le rompió el corazón
En su participación en el podcast “Table for Two With Bruce Bozzi”, confesó que el juez le preguntó a su pequeño hijo si sabía que su madre hacía películas sexuales. "Se juzgó qué tipo de madre era solo porque había hecho esa película. Hoy en día la gente se pasea desnuda en las series de televisión y no pasa nada, y en mi caso bastó con 16 segundos de un posible desnudo mío para que perdiera la custodia de mi hijo", denunció.
El juez decidió en aquel momento que el niño de ocho años se beneficiaría del ambiente más estable que su padre podía ofrecerle e hizo hincapié en que la intérprete delegaba a menudo el cuidado de su hijo en terceras personas y que en una ocasión había sugerido utilizar inyecciones de bótox para solucionar los problemas de sudoración que sufría Roan. Aunque ella trató de apelar la sentencia, en 2008 volvió a perder.
Aquel golpe le rompió el corazón, pues en los meses posteriores dejó de comer y era incapaz de levantarse de la cama, después ingresó en una clínica con palpitaciones cardíacas y le diagnosticaron además un trastorno de la alimentación.
Hasta ahora Sharon Stone no había revelado detalles acerca de su batalla legal debido a los términos del acuerdo de confidencialidad que firmó en su momento con su antiguo esposo, y también por respeto a su hijo.
Sin embargo, en su libro de memorias de 2021 aseguró que había sido castigada por atreverse a desafiar las normas de Hollywood, que representaba siempre a las mujeres como personajes vulnerables, y que pasó 13 años librando "un juego de ajedrez" para tratar de recuperar la custodia de su hijo y asegurarse de que recibiera todo lo necesario para garantizar su bienestar físico y emocional.
Tras su divorcio, la estrella de cine adoptó dos niños más y actualmente mantiene una estrecha relación con Roan, su hijo mayor, quien presentó una solicitud en 2019 para incorporar el apellido de su madre a su nombre legal y hacer honor así a sus dos padres.
