El príncipe Harry en su última reaparición en público abrió una vez más su corazón para hablar sobre cómo superar la pérdida de un ser querido, el consumo de sustancias psicotrópicas y cómo desempeña su labor de crianza de dos niños junto a Meghan Markle.
Fue en una entrevista que concedió al Dr. Maté donde el duque de Sussex después de sus explosivas declaraciones que hizo en Spare compartió con los espectadores su mejor secreto para calmar a sus hijos Archie y Liulibet cuando están llorando o molestos.
El príncipe Harry considera que los niños captan la energía de las personas más de lo que se cree y es por eso que cuando los padres están tensos o atraviesan por situaciones difíciles ellos se muestran inquietos y lloran mucho.
El esposo de Meghan Markle recomienda que cuando un padre atraviesa por una situación así, lo que debe de hacer es respirar hondo, sacar sus emociones lejos de los niños para que cuando se interactúe con ello no los afecte directamente.
“Tus hijos captan tu energía más de lo que nunca sabrás. “Si me hubieran preguntado por la energía, hace siete, ocho, diez años, diría: '¿De qué hablas?'....“Cuando tuve a mi primer hijo me di cuenta de lo que estaba pasando”, explicó.
“Se trata de energía. A veces tenía que salir de la habitación, respirar hondo, dejarlo salir. Y literalmente tratar de cambiar toda mi energía y volver allí. Y de repente se está quedando dormido en mis brazos”, comentó.
Harry y cómo descubrió que ya no tenía un espacio en la realeza
El príncipe Harry compartió con el especialista la importancia de que un niño tenga un espacio para expresar sus emociones en un espacio seguro sin temor a ser señalados.
“Si tienen un momento de frustración, permítales tener eso y luego hablen con ellos sobre eso después. Creo que los niños que tienen esos arrebatos son parte del crecimiento”, detalló.
En la misma conversación, el duque de Sussex se sinceró sobre cómo gracias a la terapia se dio cuenta de que en su familia ya no había espacio para él y necesitaba encontrar su propio espacio.
"Me di cuenta de que había aprendido un nuevo idioma y de que las personas que una vez me rodearon no hablaban el idioma, por lo que en realidad me sentí más apartado", mencionó, “Me sentí extraño al estar en este contenedor y sé que mi madre sintió lo mismo. Tiene sentido para mí. Sentía como si mi cuerpo estuviera ahí dentro y mi cabeza fuera y, a veces, era al revés”, concluyó.