Highgrove es la residencia privada del rey Carlos y la reina Camila. Está ubicada cerca de Tetbury en Gloucestershire. Desde 1980, el monarca ha dedicado mucha energía a transformar los jardines de la casa, que son reconocidos como algunos de los más inspiradores e innovadores del Reino Unido.
Pero esta propiedad también es una de las favoritas del príncipe George, pues en la extensa propiedad hay un lugar muy especial. Se trata de una guarida secreta en la casa de su abuelo en Tetbury, que originalmente pertenecía a su padre, el príncipe William, y a su tío, el príncipe Harry.
El príncipe George fue el primer nieto del rey Carlos, y el monarca se sintió muy feliz por su llegada, por lo que mandó a adaptar su jardín en Highgrove para el joven príncipe de Gales.
La guarida secreta que heredó el príncipe George
Una nueva exposición en honor al trabajo que el rey Carlos puso en su jardín en Highgrove reveló que el monarca diseñó una casa en el árbol para los príncipes William y Harry en su infancia en la década de 1980, antes de renovar la guarida del príncipe George en 2015.
El escondite de madera es el lugar perfecto para que los jóvenes miembros de la realeza escapen y jueguen. Tiene un techo de paja que termina en punta y los visitantes de la exposición, llamada “Highgrove in Harmony: A Royal Vision”, pueden ver el empeño que puso el rey Carlos en este espacio dedicado especialmente para sus hijos.
La exposición incluye bocetos detrás de escena de la casa del árbol de los príncipes William y Harry, con una anotación del arquitecto William Bertram sobre el poste de escalada diseñado para los hermanos, fruto de su matrimonio con la princesa Diana.
La nota apunta a uno de los escalones de palo de escoba de madera en lo alto del árbol que dice: "¿Deberían subir tan alto como esto?", dando una rara visión de la infancia privada de los jóvenes príncipes.
El príncipe William también participó en el diseño, pues William Bertram entrevistó a los príncipes cuando tenían tres y cinco años, para preguntarles cómo les gustaría que fuera su nuevo escondite.
William le dijo: "Quiero que sea lo más alto posible para poder alejarme de todos y quiero una escalera de cuerda que pueda levantar para que nadie pueda alcanzarme".
El rey Carlos pasó muchos años en el jardín de su refugio de Cotswold, que adquirió en 1980, y pasó los siguientes 40 años dedicando su energía a transformar los jardines alrededor de la propiedad, lo que resultó en un glorioso espacio al aire libre para que él y su familia disfruten.