El príncipe William y Kate Middleton fueron captados intercambiando miradas “coquetas” durante las celebraciones anuales en el Día de la Commonwealth, que incluyó el servicio religioso en la Abadía de Westminster, el primero que se realiza en el recinto tras el fallecimiento de la reina Isabel II, en septiembre pasado.
Al respecto, Judi James, experta en lenguaje corporal analizó el comportamiento que tuvo la princesa de Gales con su esposo que sin decirse nada, se estuvieron comunicando a través de gestos en la ceremonia, enterrando con ello cualquier rumor relacionado con una supuesta separación.
“En un momento, Kate se inclinó para señalar el lugar donde William debería haber estado en su hoja de canciones y él respondió con una sonrisa reprimida bastante dulce, seguida de un pequeño rebote en sus talones para indicar un momento de felicidad”, explicó a Mirror.
Kate Middleton como ya es costumbre se robó las miradas de los asistentes con un impresionante atuendo en color azul marino y aunque los fuertes vientos parecían estar en su contra, tanto ella como la reina consorte Camilla supieron evitar que ocurriera una desgracia con sus sombreros.
El lenguaje corporal de la reina consorte Camilla
La experta en lenguaje también se percató del intercambio de cordialidad que hubo entre Sophie, la duquesa de Edimburgo, y el rey Carlos III, que pudo haber incomodado a la reina Camilla.
"El PDA más elocuente y muy dulce fue entre Charles y Sophie. Ya sea que se tratara de la actualización a Duque y Duquesa de Edimburgo o tal vez solo una respuesta al titubeo levemente impaciente de Charles mientras esperaba para continuar con la procesión, pero Sophie se inclinó para saludar a Charles con un golpe en el hombro muy juguetón, junto con una sonrisa muy significativa”,explicó.
Y es que Camilla no solo se incomodó al ver a Sophie muy cercana a su esposo, también parecía intranquila en este evento en el que poco a poco se van definiendo sus nueva funciones como futura reina.
"Camilla parecía intensamente nerviosa aquí por lo que podría haber sido una inducción bastante relajada a la vida como una nueva reina. Le temblaban las manos mientras sostenía su orden de servicio y apenas cantaba la letra de las canciones. Charló con William y Kate en el y pareció ignorar a Charles, quien se cruzó para agarrarla del brazo y señalarle su lugar para caminar por el pasillo. Al salir, ella le habló a Charles, pero él pareció ignorarla, volteando la cabeza para reconocer la audiencia en su lugar", analizó la experta.