El príncipe Harry y Meghan Markle se han convertido en una de las parejas de la realeza que más ha dado de qué hablar, pero más allá de las controversias en las que se ha visto envuelta, su relación es sólida con valores similares y pasatiempos compartidos, que incluyen el senderismo y el boxeo pero hay una actividad por la que los Sussex no parecen tener una pasión en común.
En sus memorias, "Spare", el hijo menor de la princesa Diana y el rey Carlos III, reveló que él y su ex novia Cressida Bonas, con quien salió durante dos años, tenían una actividad en común que disfrutaban mucho e incluso la llegaron a calificar como "sagrada" y "simbólica".
Harry escribió que durante un viaje a Suiza con Cressida, ella le preguntó por su madre, lo que lo hizo llorar por primera vez desde el entierro de la princesa Diana. "Esquiar era tan sagrado para nosotros, tan simbólico, especialmente después de nuestras vacaciones de esquí anteriores, en Suiza, cuando ella me abrió milagrosamente", escribió.
"Sucedió tarde una noche, después de un largo día en las pistas y un momento divertido en el après-ski. Habíamos regresado al chalet de mi prima, donde nos alojábamos, y Cress se estaba lavando la cara, cepillándose los dientes, mientras yo estaba sentada en el borde de la bañera, no hablábamos de nada en especial, según recuerdo, pero de repente me preguntó por mi madre", indicó en su texto.
"Le respondí directamente y luego comencé a llorar", compartió, antes de revelar que fue durante otras vacaciones de esquí que se dio cuenta de que su relación con Cressida había terminado porque no eran del todo compatibles. “Qué extraño, pensé. Cada vez que vamos a esquiar... una revelación".
Aunque la relación con Bonas concluyó en 2014, Harry y su ex siguieron manteniendo una buena relación de amistad y como prueba de ello, Cressida acudió a la boda del príncipe con la protagonista de “Suits”. En 2014, Cressida comenzó a salir con Harry Wentworth-Stanlye, hijo de la marquesa de Milford Haven y agente inmobiliario, con quien se comprometió y se casó.
¿Harry y Meghan evitan esquiar juntos?
A pesar de su amor por los deportes de nieve, hasta ahora se desconoce que el príncipe Harry haya ido a esquiar con Meghan Markle, a pesar de que han visitado lugares nevados como la víspera de Año Nuevo de 2017, en la que hicieron un viaje privado a Noruega.
"Harry planeó un viaje de Año Nuevo en el que realmente pudieran alejarse de todo", decía el libro. "Allí, Harry y Meghan disfrutaron de siete días de paseos en trineos tirados por perros, observación de ballenas, cenas delicias locales y acurrucarse para ver cómo la aurora boreal iluminaba los cielos".
Pero el esquí no figuró en el itinerario de los Sussex. No se sabe si Meghan sabe esquiar, pero como alguien aficionada a muchos deportes y que ha vivido en California y Canadá, sería una sorpresa que no supiera deslizarse por las pistas.
Aún queda la duda si los duques de Sussex han estado en viajes de esquí secretos, o si es algo que la pareja prefiere evitar por la carga emocional que representa para Harry esta actividad.
