El 9 de septiembre de 2019, la saxofonista María Elena Ríos fue rociada con ácido sulfúrico por un hombre en su casa en Oaxaca, estado al sur de México. Le cayó en el rostro, el pecho, los brazos y las piernas y a partir de ahí vivió una agonía por intentar recuperarse.
Su ex pareja, el ex diputado priista Juan Antonio Vera Carrizal, fue acusado de ser el autor intelectual del ataque y se le llevó a prisión preventiva oficiosa en tanto continuaban las investigaciones. Sin embargo, hace unos días se anunció que había habido un cambio en la medida cautelar: a Juan Antonio se le había concedido la prisión domiciliaria.
El juez Teódulo Pacheco había determinado esa medida el 21 de enero pasado, lo que suscitó una movilización por parte de la saxofonista. María Elena Ríos interpuso un amparo ante un juez federal en contra del cambio de medida cautelar.
Y aunque fue concedido, quedó sin efecto debido a que una jueza del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) de Oaxaca otorgó una suspensión temporal del cambio debido a que el gobernador del estado de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, señaló que la vivienda designada no cumplía con las medidas mínimas de seguridad y su administración no cuenta con los policías suficientes para hacer cumplir el ordenamiento.
María Elena Ríos sigue sometiéndose a las costosas sesiones para su recuperación. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró el caso como un intento de feminicidio.