Ghislaine Maxwell, quien cumple una condena de 20 años en una prisión federal de Tallahassee, Florida, en Estados Unidos, acusada de tráfico de menores en colusión con Jeffrey Epstein, dio una entrevista a Jeremy Kyle para Talk TV.
En los medios británicos se habla de que esta rara entrevista se hizo en apoyo del príncipe Andrew, quien estaría buscando emprender acciones legales para que Virginia Giuffre, quien lo demandó y con quien celebró un millonario acuerdo extrajudicial, se retracte o se disculpe antes de que ocurra la coronación del rey Carlos.
Maxwell ha dicho que ha sido retratada injustamente como "la persona más cruel, mezquina y venenosa" por su relación con Epstein. En lugar de disculparse con sus víctimas, dijo que "el tiempo corre" y las instó a "tener una vida productiva y libre en el futuro".
“Yo digo que Epstein ha muerto y deberían aceptar su decepción y enojarse con las autoridades que permitieron que eso sucediera”, dijo.
La foto de Andrew y Virginia
Ghislaine Maxwell insistió en que la fotografía del príncipe caído en desgracia y una entonces joven Virginia es falsa. "Ciertamente no tengo ningún recuerdo de haber ido a Tramp [discoteca], ciertamente no en la casa [donde supuestamente se tomó la fotografía]. Sus historias han cambiado tantas veces, qué pasó, cuándo pasó, cómo pasó con diferentes versiones. Quiero decir, cada vez que habla hay una versión diferente".
Cuando se le preguntó si se consideraba una de las víctimas de Epstein, dijo: "En realidad, no me gusta el uso de la palabra 'víctima' en sí porque creo que se usa mucho y se habla mucho. Pero claramente mi asociación y el hecho de que trabajé para él, pasé tiempo con él y lo conocí han devastado mi vida y lastimado a muchas personas que he amado y aprecio a mi alrededor".
Dijo que no esperaba cambiar la percepción que el público tenía de ella. "Ese no es mi objetivo. Mi objetivo será ayudar a otras personas que están encarceladas y llevar una vida tan productiva y valiosa como la que tengo durante el tiempo que me quede".
Agregó que se sentía “completamente divorciada de la persona de la que la gente escribe y habla”.