Desde el pasado 8 de julio que contrajeron nupcias, los rumores sobre algunos desencuentros entre Tamara Falcó y su ahora esposo Íñigo Onieva no han faltado, sin embargo, durante su luna de miel se han podido ver más relajados y felices.
Además de que en repetidas ocasiones la pareja ha manifestado sus deseos de convertirse pronto padres, por ello, la marquesa de Griñón se ha sometido a un innovador método llamado Fertilitas, para poder procrear.
Aunque todo parecía apuntar que la pareja pondría manos a la obra para cumplir su deseo, pero las cosas al parecer no han sido así de dulces, pues por prescripción médica, Tamara e Íñigo decidieron no tener relaciones íntimas sin protección para evitar quedar embarazados.
La dolorosa decisión del matrimonio
El motivo de esta determinación, que han recomendado los especialistas, son las vacunas que ambos han debido aplicarse para poder disfrutar de su luna de miel en Sudáfrica.
Debido a esta situación la pareja deberá esperar por lo menos seis meses para intentar tener un hijo, lo que posterga por un tiempo más la espera de la pareja.
Hace apenas unos días regresaron a Madrid y ya se han reunido con algunos miembros de la familia, además de que han retomado la rutina cotidiana, con el fin de mantenerse en forma, tras el viaje.