A cuatro días del funeral de la reina Isabel II, los príncipes de Gales, William y Kate Middleton aparecieron en Windsor Guildhall, Berkshire, para agradecer a todo el personal que trabajó arduamente para que todas las ceremonias del último adiós a la monarca británica, fallecida el pasado 8 de septiembre, salieran sin ningún contratiempo.
"Todos ustedes han sido brillantes. Fue muy ingenioso. El público no ve todo este arduo trabajo, pero realmente apreciamos todas las horas que han dedicado", dijo el príncipe William, visiblemente emocionado.
En conversación con el personal a cargo, la princesa de Gales abrió su corazón y habló de cómo vivieron sus hijos estos días de luto y mucho movimiento en Inglaterra. Según su relato, los príncipes George, Louis y la princesa Charlotte no podían creer todo lo que estaba sucediendo ni se explicaban por qué había mucho movimiento en las calles.
Si bien los príncipes de Gales trataron de mantener alejados del ojo público a sus hijos y optaron porque realizaran sus actividades de manera cotidiana, retomando sus clases, fue imposible que los niños no se dieran cuenta de todo el equipo de seguridad que rodeaba las zonas.
"Los niños decían que se había caído tan rápido. Supongo que es mucho más rápido deshacerlo", explicó. Tenían "ojos pequeños y brillantes", cuando se preguntaban por qué había drones volando.
Al ser cuestionada sobre si en algún momento ella o su familia no pudieron dormir por estar escuchando los ensayos previos al funeral, Kate Middleton explicó que el ruido no fue lo suficientemente fuerte como para perturbarla.
"No lo escuchamos, aunque me hubiera encantado", dijo.
En tanto y al respecto, el príncipe William agregó que “algunos de los niños de la familia se despertaron y pensaron, ¿estamos escuchando cosas?".
De acuerdo con la información de Mirror, en el Castillo de Windsor durante el funeral de estado de la reina se dieron cita más de 100 mil personas al día, cada uno con un ramo de flores. El personal a cargo de la logística colocó más de 850 baños portátiles, adaptó más de 5 mil plazas de estacionamiento.
Para que no hubiera contratiempos en las ceremonias, trabajaron 98 “embajadores” y mil mayordomos.
