Meghan Markle y el príncipe Harry tomaron un vuelo en el aeropuerto de Londres-Heathrow para regresar a casa y reencontrarse con sus hijos, Archie y Lilibeth Diana, de quienes estuvieron separados desde hace más de 17 días.
A principios de septiembre, el príncipe Harry y Meghan Markle viajaron a Inglaterra para participar en dos actos de beneficencia que tenían previstos en su agenda, sin saber que su estancia se prolongaría por más tiempo y la pareja se reencontraría con la familia real británica en circunstancias poco amigables.
Tras el fallecimiento de Isabel II el 8 de septiembre, Harry y Meghan se quedaron en Reino Unido durante 10 días más para participar en los actos de homenaje a la vida de la monarca de 96 años, así como para compartir el dolor por la pérdida de la abuela de Harry junto a su familia.
Para la familia real fueron días especialmente intensos cargados de muchas emociones y sentimientos encontrados, pero para el príncipe Harry y Meghan Markle no fue fácil pisar suelo británico y más que su objetivo era completamente distinto al de asistir al funeral de la reina de Inglaterra.
Archie y Lilibet permenecieron en todo momento en la casa que tienen los duques de Sussex en California, bajo el cuidado de su abuela materna, Doria Ragland. Hace 17 días que no les ven pero en unas pocas horas se producirá el esperado reencuentro.
De acuerdo con la revista HELLO! Este martes Harry y Meghan tomaron el vuelo de regreso a casa, luego de dos semanas en las que la pareja regaló imágenes de los esperados reencuentros con William y Kate Middleton.
Pero con su viaje de regreso a casa, Harry y Meghan Markle dejan muchas preguntas al aire,, pues aún se desconoce si el reencuentro con la familia real significó una reconciliación o simplemente las diferencias se pusieron en pausa por el luto de la reina.
Luego de los permisos especiales concedidos a Harry para que pudiera despedirse de su abuela como un Windsor, al permitirle usar su uniforme militar y Meghan volvió a ocupar su lugar junto a las damas Windsor, queda la incógnita si dará marcha atrás de la publicación de su libro de memorias, catalogado por los expertos reales como el “libro bomba” que podría arruinar las festividades decembrinas de la familia real.