Meghan Markle pese a todo pronóstico llegó al funeral de estado de la reina Isabel II que inició desde muy temprano en la Abadía de Westminster.
Siguiendo con los protocolos de vestimenta, la duquesa de Sussex lució un vestido negro con medias y zapatos del mismo color, además de un gran sombrero de ala ancha.
Acompañando a su esposo, el príncipe Harry de la mano, Meghan Markle acompañó a la familia real en el servicio religioso que se ofició para despedir a la reina Isabel II.
Durante el solemne acto, Meghan Markle fue captada secándose las lágrimas cuando la guardia real trasladaba el féretro de la reina al Castillo de Windsor, donde más tarde en la capilla de San Jorge, serán depositados sus restos junto a los de su familia, incluidos su esposo, Felipe de Edimburgo.
En una de las fotografías captadas por Daily Mail, la esposa de Harry, luce realmente afectada con la partida de la monarca británica, con quien se habían marcado grandes diferencias los últimos dos años.
Durante el oficio religioso, Meghan y Harry estuvieron sentados junto a la princesa Beatrice y su esposo, Edoardo Mapelli Mozzi. Una vez más les fue asignado su lugar detrás del ahora rey Carlos II y su esposa Camilla Parker, la reina consorte, tal y como sucedió en el Jubileo de Platino, en junio pasado.
A su salida de la Abadía de Westminster, nuevamente los duques de Sussex rompieron el protocolo al tomarse de la mano, pues no es común que otros miembros de la realeza lo hagan.