Cubierto con el estandarte real y la corona imperial, el féretro de la reina Isabel llegó a Westminster Hall, la sala más antigua del Parlamento, que data del siglo XI. Con una procesión de la familia real, el ataúd fue colocado sobre un catafalco, custodiado por la guardia real.
El rey Carlos III caminó en línea con sus hermanos, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo. Detrás de ellos, se pudo ver al principe William y su esposa Kate Middleton así como al príncipe Harry y Meghan Markle.
Una vez que la procesión atravesó las puertas del Palacio de Westminster, los británicos que se apostaron afuera del Parlamento aplaudió. Adentro de la Abadía se escuchó al coro de la Capilla Real cantar el Salmo 139.
Las escenas del servicio de hoy para la reina Isabel II mostraron a las esposas de William y Harry juntas una vez más, de luto riguroso y visblemente conmovidas por la pérdida de la monarca, incluso se aprecian que ambas tratan de contener las lágrimas.
Aunque, la relación entre los hijos del rey Carlos y la princesa Diana fueron tensas, desde que al príncipe Harry y Meghan abandonaron sus deberes reales y se mudaron a Estados Unidos, la muerte de su abuela parece haberlos acercado de nuevo.
La pareja no había interactuado durante dos años después de la mudanza de Meghan y Harry al otro lado del Atlántico y la interacción con la familia real se volvió más tensa, tras las controvertida entrevista con Oprah Winfrey.
Cuando Harry y Meghan regresaron al Reino Unido el 3 de septiembre, seguían distanciados, pues no había planes para que los Sussex visitaran a Kate y William, a pesar de quedarse en Frogmore Cottage, a solo quince minutos a pie de su casa.
Pero con la muerte de la reina la semana pasada, parece que William y Harry se han reunido en su dolor y como muestra de ello, el príncipe William invitó a su hermano Harry a unirse a él para ver los tributos florales a Su Majestad en el Castillo de Windsor.