La Reina Isabel II, fallecida a los 96 años el pasado 8 de septiembre, nunca ocultó su favoritismo a la esposa de su nieto William, Kate Middleton. De hecho, nunca fue un secreto que la monarca prefería a la duquesa de Cambridge por encima de Meghan Markle, esposa del príncipe Harry.
Y esos lazos se tejieron desde el inicio, según la autora de temas de la realeza Katie Nicholl afirmó en su libro "The Future Queen" que las relaciones fueron fabulosas desde el principio.
"Hasta ese momento, la reina había conocido a Kate solo fugazmente durante la boda de Peter y Autumn Phillips, pero hizo todo lo posible para que se sintiera bienvenida y le dio permiso para tomar fotografías en Balmoral", narró en su momento la escritora.
Además agregó que, al ser una mujer que siempre estuvo en la vida pública la monarca, nunca “bajaba la guardia” y era bastante estricta en todas sus relaciones, por lo que este gesto era muy diciente.
El caso es que la primera señal de gusto por la que podría ser la reina en el futuro fue la invitación realizada a Balmoral para tenerla en su “círculo íntimo”, además de dejarla registrar las imágenes del momento en sus fotos.
En todo caso, la simpatía era mutua. Kate también realizó diversos guiños a la reina, entre esas reunirse a solas con ella e incluso lucir, ante el mundo, piezas singulares del joyero que la reina le prestaba.
Cabe recordar, entre varios detalles, que Isabel II le concedió también Kate Middleton el título de Dama Gran Cruz de la Real Orden Victoriana, como el mayor y más importante título honorífico que puede recibir una mujer en Inglaterra y que solo podía conceder personalmente la reina para agradecer a alguien su servicio a la corona.
Tan especial fue ese título que desde que Isabel fue coronada solo un selecto grupo de mujeres de la familia real han podido presumirlo: Camilla Parker, la princesa Ana y la duquesa Sofía de Wessex.