A cinco días de la muerte de la reina Isabel II siguen saliendo a la luz detalles del estricto protocolo que debe emplear la corona con respecto a las pertenencias de la monarca, las cuales en su mayoría tienen un gran valor económico e histórico.
En el caso de su testamento se ha dado a conocer que el documento firmado por la reina deberá quedar bajo llave y permanecerá oculto por los próximos 90 años.
Los protocolos reales señalan que cuando muere un miembro de la realeza de alto rango, el albacea de su testamento debe solicitar al jefe de la División de Familia del Tribunal Superior de Londres que se selle el testamento para posteriormente archivarlo en una caja fuerte junto a otros documentos de otros miembros de la corona.
De acuerdo con Mirror esta tradición se remonta a 1910 y era desconocida hasta el año pasado, sin embargo con la muerte del repentina del esposo de la reina, Felipe de Edimburgo, y que el juez Andrew McFarlane pidiera autorización para sellar su testamento se reveló la existencia de una caja fuerte con todos los testamentos reales.
Ahora con la muerte de la reina Isabel nuevamente se empleará esta tradición y su testamento será depositado en una caja fuerte que contiene los documentos firmados por su esposo, Felipe de Edimburgo, su madre la reina Isabel, y el de su hermana, la princesa Margarita.
Dichos archivo reales guardan cientos de testamentos, entre ellos se encuentra el del príncipe Francisco de Teck , el más antiguo de todos, firmado en 1910.