El rey Carlos III fue visto por primera vez en público junto al féretro de su madre, la reina Isabel, quien falleció el pasado 8 de septiembre a los 96 años.
El rey encabezó el cortejo fúnebre en el que se trasladó el ataúd desde el Palacio de Holyroodhouse hasta la catedral de St Giles, en Escocia.
El ataúd se cubrió con el estandarte real de Escocia y se vistió con una corona de flores blancas en su mayoría, entre rosas, fresias y crisantemos.
El coche fúnebre estaba flanqueado por un grupo de portadores escoltado por el Regimiento Real de Escocia y la Guardia del Cuerpo del Rey de Escocia. El rey y sus hermanos Edward, Andrew y Ana flanquearon el coche fúnebre durante el cortejo.
El rey y la reina consorte, Camilla Parker, asistieron a un servicio de oración y reflexión sobre la vida de la reina Isabel II cuando Escocia despidió a la monarca.
El ataúd de la Reina se colocó en un catafalco de madera en la Catedral de St Giles mientras la congregación continuaba de pie. El rey, la reina consorte, la princesa real, el duque de York y el conde y la condesa de Wessex tomaron asiento junto al ataúd durante la celebración religiosa.
El reverendo Calum MacLeod, ministro de St Giles, dijo: “Y así nos reunimos para despedirnos de nuestra difunta monarca, cuya vida de servicio a la nación y al mundo celebramos. Y cuyo amor por Escocia era legendario”.
El himno nacional, Dios Salve al Rey, se cantó cerca del final del servicio.
