Trevor Rees-Jones, hoy de 54 años, fue el único sobreviviente del accidente automovilístico en el que murió la princesa Diana el 31 de agosto de 1997, en París.
Quien fuera guardaespaldas de Lady Di fue fotografiado por primera vez en cinco años y en su rostro todavía son visibles las cicatrices del accidente ocurrido hace 25 años en el que también murieron el amante de Diana, Dodi Al Fayed, y el chofer, Henri Paul.
En las fotografías compartidas por The Sun on Sunday, Trevor se encontraba a bordo de su auto esperando a su familia mientras hacía compras.
Rees-Jones estuvo en coma durante diez días. Se rompió todos los huesos de la cara y sufrió lesiones cerebrales, con pérdida de memoria por meses (se dice que aún no recuerda detalles de lo ocurrido). Los cirujanos reconstruyeron su rostro a partir de una foto antigua y usaron 150 piezas de titanio para conseguirlo.
Después de un mes en el hospital, regresó a Gran Bretaña. Entonces, solo podía comunicarse con susurros y escribiendo. A partir de su recuperación, trabajó por periodos largos en el extranjero, donde se dice que acumuló una gran fortuna como jefe de seguridad.
Ahora vive con su esposa y sus dos hijos en una gran casa unifamiliar aislada. Regresó a su condado natal de Shropshire en 2018 y desde entonces obtuvo un puesto como jefe de seguridad de AstraZeneca, el gigante farmacéutico detrás de una de las vacunas contra covid-19.
Una fuente citada por The Sun dijo: "Trevor está viviendo una vida pacífica. La enormidad de lo que sucedió esa noche todavía está con él y las cicatrices son visibles".
Añadió: "Su vida es tranquila y sin incidentes ahora. Ciertamente no corteja la publicidad ni habla mucho al respecto. Ha tratado de seguir adelante y seguir con su vida".