Celebridades

Reina Letizia se lleva mal con sus cuñadas, las infantas Elena y Cristina ¡No las puede ni ver!

Aunque las hermanas del rey Felipe comenzaron aceptando a su cuñada, algunos acontecimientos terminaron por dinamitar la relación.

A más de dos décadas desde que Letizia posó con sus futuras cuñadas, las infantas Elena y Cristina junto a sus familia en su pedida de mano en noviembre de 2003, la relación armoniosa que había entonces entre ellas terminó por desvanecerse, al punto que no se pueden ni ver.

La mayor de las hermanas todavía era una mujer casada, pues aún no se había separado, sino hasta tres años después de Jaime de Marichalar y la segunda todavía era duquesa de Palma de Mallorca.

Todo empezó mal porque tanto Elena como Cristina pensaron que tendrían en Letizia a una plebeya inexperta en temas de la corte, a una mujer fácil de manipular a su antojo, pero se toparon con pared y pronto descubrieron que no lo iban a conseguir, porque aquella plebeya tenía carácter, tano como haberse vengado de ellas tras una guerra que ha durado años.

Infanta Elena

La tímida periodista no tardó en sacar su carácter e impuso sus ideas y sus formas de hacer las cosas así, así que al no compartir las mismas ideas sobre La Corona, la infanta Elena no la tolera.

A la duquesa de Lugo le inculcaron que el servicio al Rey y lo que representa era algo más emocional, un honor y un deber que alguien de la realeza siempre lleva consigo. Mientras que para Letizia este papel se trata de algo más profesional y que desaparece una vez que se apagan los reflectores de los actos oficiales. Elena, como otros miembros de su familia, no le gusta esa forma de entender la realeza y evidentemente es un tema que la irrita.

Sin embargo, el mayor desencuentro entre ambas inició con la muerte de la hermana menor de la reina, Erika Ortiz, quien falleció en terribles circunstancias en 2007 y una de las personas en las que Letizia encontró mayor apoyo fue su cuñado, Jaime de Marichalar.

El esposo de la infanta Elena se convirtió en una figura importante para la ahora reina en esos difíciles momentos, pues siempre se mostró cariñoso, atento y educado. Así que cuando Elena y Jaime anunciaron su separación, poco después, Letizia apoyó a Jaime, situación que Elena interpretó como una traición y alimentó su ya de deteriorada relación.

Infanta Cristina

Aunque en un inicio, había mucha complicidad entre Letizia y la infanta Cristina, porque le ayudó a Felipe a encontrarse con ella cuando su relación aún era un secreto, al paso del tiempo todo se convirtió en un total desencuentro.

La relación se torció desde 2005 cuando fue el bautizo de Irene Urdangarin, los padres de Iñaki viajaron hasta Madrid para asistir a la ceremonia y los exduques de Palma les pidieron a Felipe y a Letizia si podían quedarse a pasar la noche en el Pabellón del Príncipe, pero la reina, quien estaba en el tercer trimestre de su embarazo de Leonor, se negó a que los Urdangarin se quedaran en su casa.

Otro de los desencuentros fue cuando Letiza fue vetada del foro económico de Davos porque consideraron que tenía poco tiempo de haberse casado con el rey Felipe como para tener una agenda propia. Sin embargo, los organizadores del encuentro internacional habían invitado a Cristina a través de la fundación Nóos, pero hizo todo para que tampoco ella asistiera, lo que le causó un gran disgusto a la hermana del rey y terminó casi por completo con la relación con Letizia.

Si bien han existido otros motivos familiares que han alimentado la enemistad entre ellas, el más relevante fue el escándalo del caso Nóos, en 2010, por los delitos contra la Hacienda Pública, que terminó de desarbolar cualquier atisbo de cordialidad entre la reina y las infantas. La ex duquesa de Palma de Mallorca no puede pisar la isla al menos, mientras su hermano, Felipe VI, y su cuñada, la Reina Letizia, se encuentren en ella.

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