El pasado 22 de junio el Instituto Demoscópico IMOP reveló que en su más reciente encuesta la reina Sofía era el segundo miembro de la familia real mejor valorado. El primer puesto era para el rey Felipe, pero ¿tiene que ver los desplantes e infidelidades de su marido, las groserías de su nuera y las rabietas de su nieta?
Cabe señalar que esta aprobación de los ciudadanos de España no es nueva, por lo que cada que realiza una presentación la gente se lo demuestre, por ejemplo, a finales de junio estuvo en Salamanca con la reina Silvia de Suecia para presidir la Cumbre Mundial sobre Enfermedades Neurodegenerativas y en su paseo por las calles los aplausos fueron lo habitual.
Y lo mismo sucedió hace unos días cuando acudió al Teatro Real de Madrid, donde se ofrecía "Nabucco", la ópera de Verdi, pero lo que llamó la atención fue que lo hizo de una manera clandestina, que es lo peor que puede hacer un miembro de la realeza.
Las entradas secretas de este tipo fueron impulsadas por la reina Letizia, pero tienen mucha más repercusión que si hubiera ocupado el palco real, que para eso está, pero la realidad de doña Sofía es que a falta de agenda oficial mantiene su apoyo al Banco de Alimentos y así puede salir del palacio para que los ciudadanos se percaten de que existe.
El caso Botsuana
La relación marital entre el rey Juan Carlos y la reina Sofía ha sido objeto de debate desde tiempo inmemoriales, pero durante un largo tiempo los medios de comunicación preferían no hablar del tema, hasta que el caso de corrupción Nóos estalló en el núcleo interno de Zarzuela y comenzaron a salir todas las polémicas al descubierto.
Y no solo al señalarse a Urdangarin como un experto de guante blanco, sino que el propio Juan Carlos se coronó como el rey de las escapadas cuando el 14 de abril de 2012 era descubierto cazando elefantes en Botsuana junto a una entrañable amiga con quien mantenía una especial relación desde hacía ocho años.
Aquella situación puso a la reina Sofía en el ojo del huracán, pues mientras que un avión privado desde el Delta del Okavango volaba rumbo a la Clínica San José de Madrid para operar de urgencia al rey de España que volaba con una fractura en tres fragmentos de la cadera derecha, solo reaccionó con una sonrisa a destiempo y una visita forzada.
El trago más amargo y un impacto en toda regla para la incansable compañera que lo había acompañado durante más de cuatro décadas.
Bárbara Rey y otras amantes
En enero de 2017, se reveló uno de los mayores escándalos en la historia de la monarquía contemporánea. Según OKDario, el CNI habría pagado 500 millones de pesetas con fondos reservados en Luxemburgo para mantener en silencio a la vedette Bárbara Rey, quién presuntamente era amante de don Juan Carlos.
En marzo de ese año, el mismo medio publicó una grabación privada de don Juan Carlos en la que se refería a la mallorquina Marta Gayá como my girlf.
27 años después de esa grabación y con el dolor de asumir que Corinna no era la persona adecuada, Juan Carlos era "cazado" en Irlanda con Marta Gayá.
"Lo estoy pasando muy mal", llegó a declarar en audiencia privada la reina doña Sofía tras meses de escándalos y juicio público por el cuestionable comportamiento de su marido.
Letizia le da donde más duele
Pero estos no han sido los momentos más difíciles para la reina Sofia, en abril del 2018 la casa real Española vivió uno de los momentos más polémicos, cuando se viralizo un video en donde se veía como la reina Letizia le impidió a la abuela tomarse una fotografía con sus hijas.
"¡No sé cómo están! ¡No las veo nunca! ¡No me dejan verlas! Yo, que vivo al lado, no puedo ir a su casa ¡y sin embargo la madre de Letizia está siempre ahí metida!, indicó Doña Sofía durante una entrevista.
El golpe definitivo, el de su nieta Leonor
Leonor de Borbón y Ortiz fue concebida, criada y educada para reinar. Sus curiosos gustos, sus extraños gestos ante las cámaras y sus impávidas sonrisas en la imposición del Toisón de Oro dejaron al descubierto una versión más madura y menos infantil de la princesa de Asturias, un cargo que ya se cree.
Resulta complicado poner una fecha que marque el inicio del desencuentro entre las reinas Letizia y Sofía, algunas voces expertas, la fricción entre ambas comenzaría con los impedimentos por parte de Letizia para que Sofía visite a sus nietas.
Para perplejidad de todos, Leonor aparta de malas formas el brazo de doña Sofía en presencia de Letizia, Felipe VI e incluso del impedido Juan Carlos I, que contemplaba la indescriptible escena desde un segundo plano apoyado en una muleta.