El pasado 2 de junio, la reina Isabel pudo conocer por primera vez a su bisnieta, Lilibet. En el marco de lo que fue la celebración del Jubileo de Platino de Su Majestad, el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, visitaron Reino Unido para ser parte del festejo, aún que con harta distancia del protagonismo que tomó el resto de la familia real.
Ese sábado, día en el que Lilibet cumplía su primer año de vida, la reina Isabel se reunió con su nieto y su familia en el Castillo de Windsor. Un encuentro privado, que no duró más de 15 minutos y por el que la Monarca dejó de ir a una de sus actividades deportivas favoritas.
"Fue un acto rápido de entrada y salida. Todo era bastante formal", dijo en aquella oportunidad una fuente a The Sun.
Esta semana, en conversación con US Weekly, el experto real Jonathan Sacerdoti, contó más detalles de este esperado encuentro y explicó por qué fue tan breve todo. Según su versión, la reina Isabel optó por cuidar su fuerza física, la que ha decaído desde que se recuperó del Covid-19. Además, todavía quedaba un día de celebración del Jubileo de Platino.
"Creo que es totalmente comprensible que estuviera ahorrando energía lo mejor que podía para todos los eventos en los que ella quería estar si pudiera", dijo el experto real, quien también descartó que hubiera cierta tensión entre Su Majestad y el príncipe Harry.
“Estamos hablando de alguien de 90 años y un bebé”, dijo, para luego reafirmar su tesis de la reina Isabel "se las arregló para aparecer varias veces en público, y eso es genial”.
