Ashley Graham se convirtió en mamá por segunda vez en enero del 2022 de sus gemelos Malachi y Roman. Ha compartido para la revista Glamour que no fue un cuento de hadas y estuvo a punto de morir en el parto. Fue complicado lleno de dolor, complicaciones e información oculta para no preocuparla más.
El temor de las madres siempre es el parto y mucho más cuando se trata de gemelos. Cuatro meses después de dar a luz la modelo revela que se siente muy feliz con sus bebés, su esposo, el director de cine Justin Ervin y su hijo mayor de tres años, Isaac; sin embargo, llegar hasta este punto no fue tarea sencilla pues revela, estuvo a punto de morir en su último parto.
"Solo recuerdo haber sentido un toque en la mejilla, pero después me enteré de que en realidad era alguien dándome bofetadas para que me despertara. Cuando finalmente me desperté, miré a mi alrededor y los vi a todos. Ellos solo me decían: ¿Estás bien. Estás bien. Estás bien? No me querían contar en ese momento que había perdido litros de sangre", inició contando muy asustada que no le querían revelar que una de sus matronas le tuvo que dar la vuelta para hacer presión con su dedo justo sobre el hueso de su pelvis para intentar detener la hemorragia.
Los bebés llegaron en menos de tres horas pero la pesadilla vino después cuando tuvo que pedirle ayuda a su matrona porque se sentía muy mal. Se desmayó y cuando despertó se asustó mucho pues su alrededor estaba manchado de sangre. Dejó escapar un grito profundo y visceral. No le querían decir que la vena del brazo se colapsaba y no podían ponerle la inyección de oxitocina. Tuvieron que recurrir a la mano.
"Una liberación emocional del caos que acababa de experimentar", mencionó. Más tarde no se podía mover y pasó acostada en la cama al menos dos meses bajo monitoreo.
Siempre, revela, estuvo acompañada de su familia quienes le ayudaron a recuperarse, aceptar la realidad, el proceso y le hicieron volver la risa. Hoy está con mucha salud disfrutando a sus bebés igualmente llenos de vida.