En Eurovisión, el evento no deportivo más visto del mundo, ganó el representante de Ucrania. Kalush Orchestra se presentó en Turín con la canción "Stefania", que habla sobre la madre del cantante del sexteto. La mayoría de los 200 millones de telespectadores que atendieron el evento optó por darle su voto a Kalush entre las 25 actuaciones del festival de la canción europea.
Fue una respuesta contra la invasión de Putin a Ucrania, sin duda. Una respuesta política en un evento que muchas veces se ha tomado a broma pero que no deja de tener repercusiones en la industria musical y en el que han ganado propuestas como la de la banda italiana Maneskin, que se llevó el premio el año pasado.
La canción de los ucranianos, con tintes de folclor y hip hop, tenía indudablemente referencias a la patria. Los miembros de la banda tuvieron dos días de permiso para dejar Ucrania y prometieron regresar a su país dispuestos a luchar en el frente. El presidente del país, Volodomir Zelensky, les felicitó. "Nuestro coraje impresiona al mundo. Estoy seguro de que la victoria está cerca".
Eurovisión no desaprovechó la oportunidad de mandar un mensaje de unidad europea. Kalush Orchestra no la tuvo fácil. El carismático Sam Ryder, la estrella británica de TikTok que era albañil, se metió al público en la bolsa con "Space Man". Y Chanel, la cantante hispanocubana de 31 años que representó a España, se veía con todas las posibilidades de adjudicarse el premio. Al final fue tercera.
Al triunfo de Kalus, Laura Pausini, una de las tres conductoras del evento, le llamó "el poder de la música". Es tradición que el país al que representa el ganador sea sede de la edición del año siguiente. Zelenski prometió que sí se hará en Ucrania, país azotado por la invasión rusa donde la transmisión se vio en refugios subterráneos.