Juan Carlos, el exrey de España, vuelve a dar de qué hablar. Según un reporte de The Times, el monarca que abdicó en junio de 2014 tras una serie de escándalos insostenibles, trató de persuadir a su examante, Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, para que le devolviera los 100 millones de dólares que le regaló mientras sus asuntos financieros estaban bajo escrutinio.
Según el medio, que a su vez citó a El comercio, Juan Carlos, de 84 años, voló a Londres unos meses después e invitó a Corinna Zu a almorzar en el Sommelier's Table, un local privado en los sótanos del Connaught Hotel.
Allí le pidió que comenzara a pagar algunos de sus gastos de manutención con los fondos que le había dado o que le devolviera el dinero. Lo que dijeron las fuentes citadas por el diario español es que Sayn-Wittgenstein, de 58 años, accedió a devolver el dinero, siempre y cuando el monarca depuesto declarara que el pago correspondía a un regalo ante la oficina de impuestos española. De ese modo no podría decirse acusársele de lavado de dinero.
Los 100 millones fueron la cantidad que el gobierno de Arabia Saudita pagó al rey Juan Carlos. Ese dinero fue lo que terminó por que sus escándalos lo llevaran al exilio en Abu Dhabi, pues no ha podido explicar la razón del pago aunque la justicia tampoco ha logrado juzgarlo al respecto. Cuando se difundieron imágenes suyas en un viaje de cacería en África junto con Sayn-Wittgenstein, mientras España estaba en una crisis económica profunda, el rey transfirió lo que le quedaba de los 100 millones a Corinna.
Sin embargo, su relación con su examante no es la mejor. Sayn-Wittgenstein demandó al exmonarca por acoso. La aristócrata alemana dice que Juan Carlos comenzó a acosarla después de que ella rechazara una propuesta de matrimonio.
Ella alega que incluso en 2012 empleó los servicios de los servicios secretos de España para rastrearla y entrar en sus propiedades en Mónaco y Villars, en Suiza, donde revisaron sus documentos.
En la demanda, Sayn-Wittgenstein alega que Juan Carlos comenzó a viajar con más frecuencia a Londres y la amenazó si se negaba a reavivar su relación. Él la presionó para que le devolviera ciertos obsequios que le había dado y comenzó a “difundir acusaciones falsas de que el reclamante le había robado dinero”, alega.