La reina Isabel II habló por primera vez de cómo se encuentra tras haberse contagiado de Covid-19, el 20 de febrero pasado. A través de una videollamada, la monarca charló con pacientes y trabajadores del Hospital Real de Londres.
La reina hizo una visita virtual con motivo de la inauguración oficial de la Unidad Reina Isabel de la institución médica, un pabellón de cuidados intensivos con 155 camas que se construyó en el pico más alto de la pandemia del coronavirus en apenas cinco semanas, un tiempo récord pues un proyecto como este suele tardar cinco meses para satisfacer la demanda de los pacientes.
La monarca británica de 95 años se infectó de Covid-19 hace tres semanas. Entonces, el Palacio de Buckingham calificó que tenía "síntomas leves de resfriado" y que ella estaba decidida a llevar a cabo las tareas que podía.
La reina Isabel habló durante la videollamada con Asef Hussain, uno de los pacientes que estuvo ingresado en el hospital. Tanto él como su familia contrajeron el virus a finales de diciembre. Al final su hermano murió y después su padre a causa de la enfermedad mientras Asef estaba conectado a un respirador.
El hombre, que iba con muletas a causa de la enfermedad, elogió "el brillante trabajo" que hacen los médicos y enfermeras del hospital, que atendió alrededor de 800 personas de todo el noreste de Londres, y el apoyo que recibieron por su parte.
La soberana le preguntó si se encontraba mejor ahora, a lo que él respondió: "Me estoy recuperando. Estoy mucho mejor. Hace poco dejé la silla de ruedas".
Isabel II le dijo: "Estoy orgullosa de que estés mejor" y confesó que los síntomas que sigue sufriendo ella: "Me ha dejado muy cansada y exhausta. Esta horrible pandemia. No es un resultado agradable".
Es inusual que Isabel II hable de sus problemas de salud, pues a diferencia de otros integrantes de la familia real, como el príncipe Guillermo o Kate Middleton, siempre ha preferido mostrar su fortaleza física. Sin embargo, hace unas semanas reconoció cierta debilidad física durante un acto en el que sufrió algunos problemas de movilidad.
A lo largo de los últimos meses, la monarca ha cancelado su asistencia a numerosos actos presenciales, aunque a principios de este mes reunió la fuerza suficiente para viajar a Londres y asistir a la misa en recuerdo del duque de Edimburgo.
Esta semana, se esperaba que acudiera a la tradicional misa de Jueves Santo, pero finalmente decidió que sean el príncipe Carlos y Camilla quienes presidan el servicio religioso en su nombre. A solo unos días de cumplir 96 años, Isabel II lleva a cabo la mayoría de sus compromisos oficiales de manera virtual.