"Como pueden ver, no puedo moverme". Esta habría sido la respuesta de la Reina Isabel, según destaca Express, a la consulta de los oficiales militares sobre cómo se sentía Su Majestad durante una recepción.
La cabeza de la monarquía británica se contagió de Covid hace algunas semanas, pero ya, poco a poco, ha ido retomando sus deberes reales. Agenda que está bajo revisión y que, tras su ausencia al servicio anual del Día de la Commonwealth, está bajo revisión.
La idea es que la Reina Isabel solo se preocupe de realizar "tareas livianas" en el Castillo de Windsor, en la previa de lo que será su cumpleaños 96 el próximo mes. Por ello, luego de que no estuviera presente el pasado lunes en la Abadía de Westminster, la editora real de "Hello!", Emily Nash, planteó que esto podría "sentar un precedente para otros grandes eventos reales próximos".
"Con casi 96 años, es notable que la Reina esté tan comprometida y comprometida con sus deberes como siempre. Pero ya no es tan móvil como antes e, inevitablemente, ya no puede realizar algunos de los elementos físicos de su trabajo como le gustaría", expuso.
De esta manera, ronda la idea de que la Reina Isabel deje de ser parte de eventos que le requieran un gran esfuerzo físico, como es el caso de las investiduras públicas. Estas ceremonias toman cerca de una hora en las que Su Majestad debe estar de pie, por lo que esta responsabilidad recaería en el Príncipe Carlos o su hijo, el Duque de Cambridge.
Pese a que su estado físico se ha visto comprometido, su condición mental se mantiene perfecta. Completamente lucida y manteniendo su gran compromiso, Su Majestad tendrá que asimilar estos cambios en sus deberes reales, los que ocurren justo en el año en el que se celebrará su Jubileo de Plata.