Josh Peck, actor infantil que protagonizó series de Nickelodeon, reveló todos sus demonios internos en un libro de memorias llamado “Happy People Are Annoying”.
En el libro, Peck describió lo difícil que fue crecer frente a las cámaras y la fuerte lucha que tuvo en su adolescencia contra la adicción del alcohol y las drogas.
Al parecer a Peck siempre le pesó ser considerado el niño “gordito y chistoso” y que luchar contra su peso en público lo llevó a abusar de sustancias ilícitas.
“Siempre busqué algo por fuera que pudiera sanar mi interior”, dijo. “Pero eventualmente me di cuenta que no importaba si mi vida era perfecta o un desastre, no cambiaba todo lo que pasaba en mi mente. Vi que nada del mundo exterior podría hacerme sentir completo”.
“Me pasé la mayoría de mi niñez intentando ser un niño normal, pero crecí con una mamá soltera, tenía sobrepeso y me gustaba el teatro musical por l que no tenía un estatus social. La comedia fue mi mecanismo de defensa natural”, escribió en las memorias.
El actor finalmente se hartó de ser “el gordito” y decidió bajar de peso con ejercicio y dieta.
“Me quedó muy claro que cuando bajé de peso era la misma cabeza en un nuevo cuerpo. Me doy cuenta de que exagero todas las cosas. Fue ahí cuando descubrí el alcohol y las drogas. Ese fue mi siguiente capítulo. Primero usé la comida y después las drogas para apagar mis sentimientos”.
Peck decidió dejar todas las sustancias desde 2008 y por suerte se ha mantenido sobrio. Hoy en día está casado con la editora cinematográfica Paige O’Brien y tienen un hijo juntos.