Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, quienes acaban de pasar las celebraciones por los 50 años de Mary (cumplidos el 5 de febrero pasado), se dieron unas vacaciones breves practicando una de las actividades que más disfrutan: el esquí, para la cual ambos son muy buenos.
Por ello viajaron a Verbier, una localidad del suroeste suizo del Cantón del Valais, su refugio invernal. Se trata de una zona turística exclusiva conocida por sus famosas pistas de esquí. Allí fueron apenas hace unos días a pasar un momento de relajación y descanso, junto con sus hijos más pequeños, los mellizos Vincent y Josephine, de once años.
La pareja real danesa se quedó en su chalet de tres plantas, cuatro dormitorios, sauna para seis personas y una amplia terraza con vistas espectaculares de los Alpes suizos para hacer una pausa en su agenda.
Hace dos años, la princesa hizo un pequeño parón en su agenda y se instaló allí mientras sus hijos, Christian, Isabella, Josephine y Vincent, estudiaban durante unas semanas en un prestigioso internado de la zona.
