Kirstie Alley, quien falleció el lunes en su casa a los 71 años tras luchar brevemente contra el cáncer de colón, se negó a reunirse con la conductora ebria que ocasionó el accidente automovilístico en el que murió su mamá y su padre resultó gravemente herido en 1981.
De acuerdo con RadarOnline, Alley acababa de mudarse a Los Ángeles en 1981 y se estaba preparando su audición final para el papel de "Saavik" en "Star Trek II: The Wrath of Khan" cuando recibió una llamada telefónica de su hermana, Colette, que sus padres habían sufrido un accidente fatal.
Así fue como se enteró de que su madre, Lillian Maxine Alley, apodada 'Mickie', salió disparada de su vehículo y su padre, Robert Alley, estaba en estado crítico con lesiones en el pecho después de que Cherrie White, entonces conocida como Cherie Glymph, chocara contra su automóvil.
Colette le dijo: 'Mamá está muerta y papá se está muriendo. Tienes que volver a casa', escribió Alley en sus memorias de 2005, “How to Lose Your A** and Regain Your Life: Reluctant Confessions of a Big-butt Star”.
En ese momento, Cherrie tenía 27 años y trabajaba en la planta de aviones Boeing en Wichita, Kansas, y pasaba por un divorcio complicado. En ese momento declaró que esa noche decidió salir a tomar unas copas de camino a casa, cuando se desvió bruscamente hacia el automóvil de Alley por la I-135.
Los papás de Alley regresaban de una fiesta de Halloween. "A veces desearía que la mujer que mató a mi madre esa noche... supiera sobre el disfraz de mi madre, porque tal vez ella también supiera que mi madre era una persona bastante divertida", escribió la actriz en sus memorias.
Según los registros judiciales, Cherrie se declaró culpable de un cargo menor de homicidio vehicular y fue sentenciada a un año en la cárcel del condado y rehabilitación, pero Alley tuiteó el año pasado que solo pasó tres meses tras las rejas antes de ser liberada.
En 2019, Cherrie intentó comunicarse con Kirstie, pero ella no quiso reunirse con ella. "Puedo entender por qué Kirstie no quiere hablar conmigo. Pero si cambiara de opinión, les diría a Kirstie y a su padre cuánto lamento mucho lo que sucedió esa noche y el dolor que les causé", dijo la mujer, quien se jubiló y ahora vive en Arlington, Texas.