Kirstie Alley no era una actriz muy conocida cuando protagonizó la comedia "Look Who's Talking" en 1989. Allí interpretó a Mollie, quien se embaraza al sostener una relación extramarital con su jefe y que en los desafíos de criar al pequeño como madre soltera se enamora de James (John Travolta), el taxista que la lleva al hospital cuando nace el bebé, cuya voz fue cortesía de la incipiente estrella de acción Bruce Willis.
Amy Heckerling, la directora de la exitosa comedia, hizo sus primeros comentarios sobre la muerte de Kirstie Allen, anunciada el 5 de diciembre, a The Hollywood Reporter.
La directora y guionista sostuvo que la noticia le sorprendió, pues desconocía que Kirstie padecía cáncer de colon, pero resaltó la actitud positiva de la actriz fallecida a los 71 años.
"Esas películas no podrían haberse hecho sin ella. Cuando trabajas con bebés, todo tiene que girar en torno a su estado de ánimo, sus horarios, su todo. No había absolutamente ningún tiempo ni espacio para ningún tipo de comportamiento de estrella de cine".
Amy, quien también dirigió la secuela realizada al año siguiente, "Look Who's Talking Too", añadió: "Era una persona muy divertida para tenerla cerca, muy alegre. Ella y John eran como una fiesta. Sus trabajos parecían ser hacer que los bebés se sintieran felices y entretener a un niño pequeño, y ella simplemente lo hizo. Era tan vivaz y divertida y un espíritu tan grande y feliz".
