Por muchos años la reina Isabel II y el príncipe Felipe fingieron de una peculiar manera "ser normales" cuando se cansaban de su vida como parte de la familia real. Aunque la fallecida monarca vivió sirviendo fielmente a la corona por poco más de 70 años, hubo momentos en los que deseó llevar una vida diferente.
Con tan solo ochos años de edad la reina Isabel II conoció al que sería el gran amor de su vida, el príncipe Felipe, quien en ese entonces tenía 13 años. Ambos coincidieron en la boda de la princesa Marina de Grecia en 1934, pero su amor surgiría años más tarde cuando volvieron a encontrarse en una visita de la familia real al Royal Naval College.
La reina Isabel II y el príncipe Felipe fingían tener una “vida normal”
En julio de 1947 la reina Isabel II y el príncipe anunciaron su compromiso y meses más tarde ese mismo año se casaron. En aquel entonces el duque de Edimburgo creyó que tendría más tiempo junto a su esposa antes de que se convirtiera en reina y su vida cambiara para siempre.
Sin embargo, la pareja solo vivió cinco años como un matrimonio "lo más cercano a la normalidad", antes de que Isabel II ascendiera a la corona. Desde entonces su matrimonio no volvió a ser el mismo, pero de vez en cuando disfrutaban escapar y tratar de vivir una "vida normal".
De acuerdo con el Daily Beats, la reina Isabel II y el príncipe Felipe tenían el sueño de mudarse lejos de Londres para así vivir una vida más simple y normal. "Cuando podían escaparse de sus labores reales, la pareja a menudo pasaba el tiempo en Craigowan Lodge en la propiedad real en Escocia, Balmoral, donde imaginaban una vida más normal", aseguraron.
"La reina lavaría platos y el príncipe haría carnes asadas. Les gusta estar en una casa más pequeña y acogedora… Sueñan con ser como nosotros", agregaron.