El príncipe Harry y Meghan Markle han estado en boca de todos desde que renunciaron a sus labores como miembros senior de la Realeza Británica; sin embargo, el documental sobre su vida dentro de la institución lanzado en Netflix, los ha coronado como los familiares incómodos, polémicos y que se aprovechan de lo ocurrido para algunas personas, y los valientes que decidieron cambiar el rumbo y protocolos para salvar a su familia, por otro lado.
Algunas escenas del documental fueron grabadas dentro de propiedades de la Reina Isabel II, hecho que está estrictamente prohibido sin autorización, pero lo que no sabíamos es que ¡sí tenían autorización! La princesa Beatriz, hija del príncipe Andrés y prima de Harry, fue el miembro que les concedió el permiso para tomar algunas imágenes dentro de la propiedad que quedó a su nombre.
Princesa Beatriz otorgó el permiso para grabar dentro de la propiedad de la Realeza
En la serie de Netflix vemos imágenes dentro de Y Bwthyn Bach, una casa de gran tamaño cerca de Royal Lodge en Windsor Great Park. La propiedad desde luego era de la Reina Isabel II pero en el año 2010 la princesa Beatriz recibió la custodia. Cuando el príncipe Harry y Meghan Markle estaban filmando el documental, justamente se acercaron a una de sus aliadas, la hermana dela princesa Eugenia, quien dio la autorización para que ingresaran con cámaras.
Se ha hablado mucho específicamente sobre esa parte del documental donde además minutos más tarde se quejaron de la propiedad que les ofrecieron para vivir. El príncipe Harry quien toda su vida había estado en grandes Palacios llamó a Nottingham Cottage, la propiedad donde vivieron, como una "cabaña dentro de los terrenos del palacio", mientras que Meghan Markle aclaró que era muy pequeño, nada comparado a lo que todos imaginamos de un espacio perteneciente a la Familia Real.
La Duquesa de Sussex aclaró que fue una época donde la mayoría de las personas creían la estaban pasando fenomenal pero en realidad fue muy difícil pues nadie hubiera pensado todo lo que ocurría detrás de las puertas cerradas.