Los príncipes de Mónaco presidieron la ceremonia anual de entrega de premios de la Fundación Princesa Grace en Nueva York. Toda la atención fue para las impresionantes joyas que lució la princesa Charlene en la gala, que se llevó a cabo en el 583 Park Avenue.
Tras su viaje a Noruega y a El Vaticano, la sudafricana demuestra que ha retomado su agenda cada vez con más fuerza y ahora fue el turno de la Gran Manzana, donde lució una pieza muy exclusiva y rara que se convirtió en todo un homenaje a su suegra, Grace Kelly.
Este año se cumplió el 40 aniversario del fallecimiento de la princesa Grace, por lo que la pareja quiso estar presente en una noche tan importante para la fundación que lleva su nombre, creada por el príncipe Rainiero, pocas semanas después del fatídico accidente que costó la vida a su esposa.
Como marca el protocolo, Alberto y Charlène llegaron en último lugar, acaparando toda la atención de los medios de comunicación a su paso por la alfombra roja. Charlene lució un vestido largo con estampado floral de Terrence Bray, un diseñador monegasco por el que la princesa apostó en numerosas ocasiones para impulsar la moda del Principado.
El Diamante Grace
Pero había un detalle de su estilismo que centraba toda su atención. El collar que lució tiene una historia muy particular, pues tiene un diamante en el centro con el que Charlène rindió un claro homenaje a Grace Kelly, su suegra, se trata de una piedra preciosa extraída de una mina en Argyle, en Australia.
Aunque está cerrada desde hace un par de años, es uno de los lugares donde se han descubierto los diamantes más extraordinarios, de color rojo o champán, además del 90 por ciento de los diamantes rosas que existen en el mundo.
El diamante que lució la princesa Charlène era de ese color, haciendo que sea una pieza casi única. Es la francesa casa Mazerea, especialista en este tipo de diamantes “raros”, la que lo adquirió en 2021 y lo cambió de nombre a “Diamante Grace”:
La pieza está "cortada y pulida a mano por maestros artesanos, este diamante cuadrado, de forma radiante, de 1,79 quilates, elegante, vívido, púrpura y rosa, revela un extraordinario resplandor sonrojado... como si estuviera iluminado desde dentro", escriben sobre él en su página web.
Aunque la esposa de Alberto de Mónaco lo lució como piedra central de un espectacular collar llamado 'La vie en rose" y creado por el joyero Lorenz Bäumer de París, no será su último destino. Dentro de un año, el diamante se quitará del collar y será reemplazado por otra piedra rosa para salir a subasta.
Charlène de Mónaco fue la primera persona que ha podido lucir esta exclusiva piedra preciosa, casi única. La joya se convirtió, junto con Charlene, en la protagonista de la noche.