Por siglos se ha pensado que la magia y la hechicería son cosas oscuras que no van de la mano con la realeza, sin embargo, existe evidencia de que estas prácticas han estado presentes en la monarquía de todo el mundo.
Son varios los royals que han tenido acompañantes famosos por sus poderes ocultos como Rasputín, quien es el más famoso de los brujos, pues se le acusa de ser el causante de la desgracia de la familia Románov.
Rasputín tenía gran influencia a principios del siglo XX, pues no había decisión de Zar de Rusia o de su esposa que no pasará por la supervisión, pues este personaje presumía de tener dones mágicos para sanar enfermedades a través de la fe y la oración.
Madame de Montespan, quien fue amante del rey Luis XIV. Esta mujer fue acusada de utilizar magia negra para enamorarlo y también envenenar a la joven Marie Angélique de Scorailles, uno de los intereses románticos del monarca.
Montespan, pese a que estaba muy castigado la práctica de la brujería no le paso nada y se convirtió en la mujer más fuerte de la corte.
La tan querida princesa Diana también buscó ayuda a sus problemas matrimoniales y su infelicidad con la famosa médium Sally Morgan, quien por cuatro años fue su confidente y guía. Incluso esta médium predijo que la princesa moriría en un accidente de auto planeado, por ello, hasta la actualidad cree que Diana fue asesinada.
Dawn Earl, es tal vez la bruja más famosa en la actualidad y ha causado controversia al convertirse en la fiel acompañante de Chaléne de Mónaco.
Earl es conocida por ser una profetiza sudafricana que sobrevivió a una secta australiana y que se ha consolidado como consejera privada de la princesa.
Gracias a la influencia que tiene sobre la princesa ha llegado a ser comparada con Rasputín, pues se sabe que Charléne no sale sin antes estar segura que los números están alineados a su favor.