El príncipe William y Kate Middleton con la muerte de la reina Isabel II han asumido nuevas responsabilidades ahora como los príncipes de Gales, por lo que el tiempo que pasan con sus hijos se ha vuelto limitado pero tratan de estar con ellos cada que su apretada agenda se los permite.
Se sabe que las niñeras de los príncipes George, Louis y la princesa Charlotte, se han convertido en piezas clave en su crianza y educación. De la mano de los príncipes de Gales establecen límites y reglas estrictas que en casa se deben cumplir al margen.
Una de ellas es que los niños de 9, 7 y 4 años de edad tiene prohibido gritar dentro de la casa, así como gritarse entre ellos o algún miembro de la familia.
En caso de que los menores infrinjan esta regla, Kate y William se sientan con ellos a platicar en el sofá y hablan de lo sucedido en lugar de castigarlos.
"El niño travieso es sacado de la escena de la pelea o la interrupción y Kate o William le hablan con calma. Se explican las cosas y se perfilan las consecuencias y nunca les gritan", mencionó una fuente a Mirror.
Conforme los niños van creciendo van cambiando su temperamento y poco a poco han aprendido a comportarse con la seriedad de un adulto en eventos importantes, tal y como ocurrió en los funerales de la reina Isabel II, donde el príncipe George y la princesa Charlotte dieron cátedra de los buenos modales que han aprendido siguiendo los protocolos reales.
El menor de los tres, el príncipe Louis, debido a su cortad edad aún no logra comprender todos las reglas que debe respetar en un evento público, tal y como ocurrió en el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, donde su comportamiento y actitudes dieron mucho de qué hablar.