El príncipe Harry ha sido expuesto en un nuevo libro sobre la realeza británica que muestra a detalle cómo cambió el pequeño hijo del rey Carlos III desde que conoció a Meghan Markle, en 2016.
Valentine Low, en su libro "Courtiers: The Hidden Power Behind the Crown", señala que Harry antes de salir con la exactriz estadounidense, era un chico "salvaje", imposible de controlar, le gustaba ir a fiestas, servía en el ejército y era fiel compañero de su hermano William en cualquier misión que la monarquía les encomendara.
"El príncipe más joven era una figura elegante, volaba en un helicóptero Apache y estaba muy comprometido con el área de la salud infantil, con organizaciones benéficas como Well Child. Pero también solía ser un muchacho bastante salvaje", menciona el autor.
"Cuando Harry era joven, era fácil perdonarlo por sus transgresiones. Pero ¿en qué momento un muchacho salvaje se convierte en un viejo sórdido? En ese momento, no había nada de qué preocuparse: solo algo para vigilar".
El escritor menciona que ningún miembro de la realeza o del círculo más cercano a Harry se imaginó que su vida cambiaría así de radical el día que conoció a Meghan Markle y se enamoraron.
"El muchacho salvaje murió el día que Harry conoció a Meghan Markle", señala.
Y es que desde que la pareja se casó, en mayo de 2018, todo parecía ir normal. Harry asumió las responsabilidades que le daba su rango en la realeza junto a su esposa. Parecían ser la nueva pareja consentida de la monarca, hasta el día que decidieron renunciar a la monarquía y se mudaron a su mansión en Montecito, California, señala Mirror.
Desde entonces, los también llamados duques de Sussex han protagonizado una serie de escándalos, al revelar ciertos secretos de la realeza y arremeter contra algunos de sus miembros.
Y aunque muchos esperaban que los funerales de la reina Isabel II serían el motivo por el que Harry y Meghan aceptarían nuevamente unirse a la realeza, todo parece indicar que no es así, pues la relación con William y Kate Middelton, además de su padre el rey Carlos III y la reina consorte Camilla, aún sigue fracturada.