La colección de joyas de la reina Isabel II está conformada por tiaras, collares, broches, pendientes con un valor incalculable. Tras su muerte, muchas de las piezas de joyería serán heredadas al nuevo monarca, el rey Carlos III y de su esposa, la reina consorte Camilla.
Aunque se desconocen todos los detalles de la propiedad de las joyas reales, se cree que la reina Isabel siguió la tradición de su abuela, la reina María y su madre, la reina Isabel I de dejar todas sus joyas al heredero al trono. "Este método de herencia tiene beneficios tanto históricos como relacionados con los impuestos", afirmó Lauren Kiehna, autora del libro "The Court Jeweler" en declaraciones para Page Six.
Camilla también podrá usar los broches que pertenecieron a la reina que gobernó durante 70 años Reino Unido y que usaba en todas sus apariciones públicas. Estas piezas de joyería usualmente les daba un significado más allá, pues era su particular forma de rendir homenaje a algunos países o en recuerdo de amigos o familiares.
Tiaras reales
En vida, la reina Isabel le dio un par de tiaras a Camilla para que las luciera en las noches de gala que eran requeridas. Una de ellas es la tiara Delhi Durbar, hecha para la reina María en 1911 y que solía usar la reina madre. Camilla solo la ha usado en una ocasión y fue durante una cena de Estado en Noruega en 2005.
La otra es la tiara Greville de Boucheron, otra de las favoritas de la reina madre, y al parecer también lo es de Camilla, pues es la que más ha usado durante las casi dos décadas de matrimonio con el ahora rey Carlos III.