El príncipe Harry ha tenido grandes cambios en su vida desde que se casó con Meghan Markle, pues comenzó a hablar sobre sus adicciones y hasta ha llegado a tomar terapia. Sin embargo, a pesar de las cosas buenas, el duque de Sussex se alejó de su familia desde que su esposa llegó a su vida.
Una vez que el príncipe Harry se casó con Meghan Markle, se sintió listo para poder revelar al mundo sus verdaderos sentimiento sobre la muerte de la princesa Diana. Antes de la duquesa de Sussex, para el nieto de la reina Isabel II hablar de su madre era un tema impensable y bastante complicado, pero así lo hizo para su docuserie de AppleTV+ "The me you can't ese".
Meghan Markle también ayudó al príncipe Harry a hablar sobre su salud mental y sus problemas de adicción. "He experimentado dolor y sufrimiento debido al dolor y sufrimiento que tal vez mi padre ha cargado, pero yo me aseguraré de romper ese ciclo y no pasarlo a ms hijos", reveló a Dax Shepard para Armchair Expert.
Antes de que Meghan Markle llegara a su vida, el príncipe Harry era conocido como el coqueto, rebelde y problemático de la Familia Real y aunque parecía una persona fuerte, estaba lejos de la realidad. "Estaba dispuesto a beber, a tomar drogas a intentar hacer las cosas que me hacían sentir menor que como me sentía", reveló en su docuserie.
La relación con su familia se deterioró. El príncipe Harry que solía ser muy unido al príncipe William y al rey Carlos III, poco a poco se fue alejando de ellos hasta dejar de hablarse casi por completo. "Pensé que mi familia me ayudaría, pero cada pregunta, solicitud, advertencia, lo que sea, fue respondida con un silencio total, una negligencia total", exploró el duque.
Además, el príncipe Harry se ha cambiado de domicilio a Estados Unidos donde se convirtió en padre por segunda vez. Tomando el ejemplo de su papá y de no ser como el rey Carlos III fue con él, se ha convertido en un padre dedicado y amoroso para Archie y Lilibet.