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El rey Carlos III y la reina consorte Camilla ya no tienen que seguir estas reglas: "Son impunes"

Ahora que el hijo de la reina Isabel II ha ascendido al trono junto a su esposa, ambos tienen nuevos privilegios.

Tras la muerte de la reina Isabel III, el rey Carlos III y la reina consorte Camilla obtuvieron sus nuevos títulos que les permiten saltarse algunas reglas que son obligatorias para los demás. El nuevo monarca del Reino Unido disfruta junto a su esposa sus nuevos privilegios que los declaran "impunes".

La reina Isabel II vivió toda su vida sin tener pasaporte ni licencia de conducir y aún así viajaba por el mundo y disfrutaba manejar sus automóviles por la ciudad. Esto debido a que su título como monarca le daba le otorgaba el privilegio de hacerlo ya que todo este firmado a su nombre.

Estas son las reglas que el rey Carlos III y la reina consorte Camilla ya no tendrán que seguir

Una de las reglas que se saltará ha causado polémica entre el pueblo del Reino Unido, pues exigen que debería cumplirla también. El rey Carlos III no deberá pagar los impuestos de la multimillonaria herencia que le dejó la reina Isabel II, mientras los demás tendrán que pagar cada centavo.

El rey Carlos III tampoco necesitará ya un pasaporte para viajar y tampoco una licencia para conducir, al igual que la reina Isabel II. "El Secretario de Estado se Su Majestad Británica solicita y exige, en nombre de Su Majestad, a todos aquellos a quienes corresponda que permitan al portador pasar libremente sin obstáculos y que brinden al portador asistencia y protección que sean necesarias", se lee en la primera página de cada pasaporte emitido.

Además, el rey Carlos III no estará sujeto a la Ley de Libertad de Información, la cual permite a los ciudadanos obtener información sobre autoridades públicas. Y el monarca tampoco puede ser procesado, pues disfruta de la protección conocida como "impunidad soberana", así mismo el monarca y la reina consorte Camilla están libres de tener que servir como jurados.

Y para terminar, una de las reglas más extrañas que el rey Carlos III puede saltarse es que puede reclamar todos los cisnes de Inglaterra como suyos y de así quererlo también podría comérselos.

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