La reina Camilla sorprendió con su cambio de imagen que la hizo lucir más joven. Ahora volvió a impactar con el estilismo con el que apareció en público en las carreras de caballos de Ascot. La monarca optó por un outfit con el que mostró que ha tomado de manera definitiva el relevo de la reina Isabel II.
Los caballos eran una de las grandes pasiones de la reina Isabel, una afición que compartía con la esposa del ahora rey Carlos III, y era habitual verlas disfrutando de campeonatos y carreras hípicas.
Este fin de semana, la reina consorte entregó los premios a los ganadores del trofeo Elizabeth II y para la cita escogió conjunto de abrigo y vestido en azul marino con solapas en blanco del diseñador británico Bruce Oldfield.
La reina Camilla combinó su diseño con unos zapatos de tacón negros con suela de goma, perfectos para pisar la hierba y uno de sus bolsos más originales: un diseño de Channel con forma cuadrada y piel guateada también en azul marino. En los mismos tonos que su vestido, lució un sombrero de rafia de ala asimétrica de Philip Treacy.
Como ya es costumbre, también optó por sus joyas favoritas: las perlas. La reina llevó unos pendientes y una gargantilla de varias vueltas con un broche central de diamantes. Un diseño al que suele recurrir con frecuencia y del que tiene varias piezas en su colección.
Asimismo, llevó un paraguas, de material transparente y a juego con su estilismo igual que hacía la reina Isabel II. "Eso le permite resultar visible a distancia incluso cuando la lluvia es muy fuerte", reveló hace tiempo la marca Fulton, artífice del accesorio.
“El responsable del estilismo de la reina Isabel II nos envía una muestra del color del atuendo que va a llevar en un evento próximo y nosotros creamos un paraguas con una banda lateral a juego”.
Aunque a Camilla se le ha visto con este tipo de accesorio, no siempre ha sido transparente, ahora que es reina consorte, quizá adopte este detalle de estilismo que hacía que la reina Isabel fuera visible en todo momento.
En esta carrera participó uno de los caballos que el rey Carlos III heredó de su madre, el cual quedó en la décima posición. Todos los caballos pasaron a ser propiedad del rey, quien ha dividido opiniones, pues al seguir la política de recortes, decidió ponerlos a la venta y despedir al que fuera el mánager de carreras de la reina.