Recientemente se informó que el próximo 6 de mayo de 2023 será la coronación del rey Carlos III dejará de ser un rey sin corona, misma que tendrá un costo aproximado de 115 millones de euros. Y a su lado, también será coronada la reina consorte Camilla, un título que no existía en Reino Unido desde hace 70 años.
La última en ostentar el complicado papel de reina consorte fue la propia madre de Isabel II, Isabel Bowes-Lyon, a la que le fue retirado el título al morir su esposo en 1952 y acabó convertida en la reina madre, pero una de las incógnitas que tienen muchos es, ¿por qué la mujer de Jorge VI y Camilla son reinas y el esposo de Isabel II, Felipe, se tuvo que conformar con ser duque de Edimburgo?
Uno de los mayores "desaires" que soportó el príncipe Felipe de Edimburgo en si vida y que le resultó más difícil de superar es que sus hijos no llevaran su apellido, Mountbatten, y pasaran a la historia con el mucho más british de Windsor. Comparado con aquello el no ser coronado rey al mismo tiempo que su mujer fue era poco importante, pero cientos de usuarios de redes sociales se cuestionan.
La anticuada ley de sucesión al trono británico fue quién propició que Felipe de Edimburgo se quedara en duque y Camilla, la mujer divorciada y más odiada por el pueblo británico durante décadas llegue a ser reina.
Hasta 2013, año en el que se derogó la ley que marcó quién podía y quién no podía ser rey en Reino Unido, existía la cláusula de primogenitura con preferencia masculina, o lo que es lo mismo, la corona la heredaba el primogénito del rey, pero si ese primogénito era una mujer y posteriormente nacía un varón, la mujer perdía el trono a pesar de haber nacido primero.
Esto tuvo una consecuencia directa en la vida de Felipe de Edimburgo cuando Isabel II ascendió al trono: para los británicos los hombres solo podían ser reyes, pero nunca reyes consortes, hecho que obligó a Felipe a guardar cola con el resto de súbditos de la reina el día de su coronación y arrodillarse ante ella para recibir el título de príncipe de Reino Unido.
Un estatus de "segundón" que se tomó con bastante más deportividad que otros royals europeos en la misma situación (léase el esposo de Margarita II de Dinamarca). Tampoco fue la única renuncia que tuvo que hacer para estar junto a Isabel II antes aún de casarse tuvo que cambiar su apellido y renunciar a sus títulos como príncipe de Grecia y Dinamarca.
En el otro extremo la ceremonia del próximo 6 de mayo coronará también a Camilla, hasta ahora duquesa de Cornualles, que se convertirá oficialmente en reina y será ungida como tal como su esposo, al que deberá presentar sus respetos.
Un giro de los acontecimientos sorprendente que nadie podría haber averiguado en los años 90 del siglo XX, pero que viene, por supuesto, con su propia ración de drama y polémica.
El debate ahora mismo en el Reino Unido es si la nueva reina Camilla se atreverá a llevar en tan importante fecha la controvertida corona de la reina madre que luce el famoso Koh-i-Noor, un diamante de 105 quilates reclamado por India, Pakistán, Irán y Afganistán y convertido desde hace años en el símbolo del imperialismo británico.