En los últimos meses, el príncipe William, Kate Middleton y sus tres hijos, el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis, han tenido que enfrentar varios cambios en su vida desde la muerte de la reina Isabel II, su traslado al palacio de Kensington, en Londres y los pequeños han indiciado clases en un nuevo colegio cercano, Lambrook, algo que ha mantenido a los príncipes de Gales muy tensos.
"Las cosas estuvieron muy tensas esa semana. No ha sido exactamente el periodo de adaptación que esperaban", dijo una fuente a People.
De acuerdo con Katie Nicholl, autora de The New Royals: Queen Elizabeth's Legacy and the Future of the Crown, el príncipe William y Kate Middleton han querido transmitir una imagen unidad, estabilidad y contentos para la gente de Inglaterra y sus hijos.
"Esa fue una imagen muy importante de cómo será la monarquía moderna y el reinado del rey Carlos. Representan la futura Casa de Windsor", dijo Nicholl.
La princesa quiere que sus hijos tengan una vida de lo más normal posible, por lo que decidieron mantener a su hijo mayor, el príncipe George, en casa en lugar de enviarlo a un internado, como es la tradición familiar.
"Les encanta que los niños puedan salir en bicicleta y recorrer la urbanización, y están muy emocionados por conocer a todo el mundo. Es una verdadera pequeña comunidad", contó un amigo de la familia a la revista.
El príncipe William muestra sus habilidades en el box
Los príncipes de Gales poco a poco han ido asumiendo sus tareas reales, las cuales han aumentado exponencialmente. Este jueves, visitaron Parque Olímpico de Londres para celebrar el décimo aniversario de la organización benéfica deportiva Coach Core, que fue lanzada por la Royal Foundation de Los príncipes y cuyo objetivo es la de contribuir en la formación de la próxima generación de entrenadores deportivos para inspirar a sus comunidades y apoyar jóvenes desfavorecidos.