La Luna es uno de los elementos que más influyen en nuestra personalidad, según las características que le entrega la Astrología. Entender el ciclo lunar nos permite comprender y guiar la energía y sobre todo nuestros procesos emocionales. Hoy hablaremos de la Luna Creciente, que corresponde a la segunda fase lunar.
Cabe recalcar que el ciclo completo dura aproximadamente 28 días, en los que la Luna es iluminada desde diferentes puntos por el Sol. Eso es lo que nos permite ver ciertas partes de ella a medida que avanza el mes.
En esta fase, que viene justo después de la Luna Nueva, la luminaria de la Tierra se vuelve a ver un poco iluminada, preparándose para crecer con el pasar de los días. ¿Cómo se traduce esto en general?
Luna Creciente: ¿De qué se trata esta fase lunar?
En esta fase, que corresponde a los días 3 a 6 de nuestro ciclo lunar, la Luna comienza a verse un poco iluminada, generando esa típica forma en la que se suele dibujar o representar comúnmente.
Es un período en el que la energía comienza a crecer y se vuelve muy magnética, por lo que se dice que es un buen momento para atraer las cosas que más queremos en la vida y refinar las intenciones que hemos planteado en la luna nueva.
Esta etapa nos recuerda que intencionar no sirve de nada si no se sustenta con acciones y planificación sólida. En el fondo nos dice que para que las cosas resulten, deben trabajarse y nosotros poner todo física y mentalmente para conseguirlas.
También es un tiempo de hacer cosas que puedan aumentar nuestra autoestima y confianza en lo que somos capaces de lograr. Visualizar es una buena forma de ayudarnos en este proceso, pero siempre debe hacerse con calma, y de una cosa a la vez. Es momento de ser positivos.
¿Qué actividades y rituales se recomiendan hacer en la Luna Creciente?
Según cuenta Lindsay Squire en su libro "Magia Natural", hay ciertas actividades que pueden tener resultados favorables y ayudarnos a guiar nuestros procesos emocionales. Descubre aquí cuáles son:
- Trabajar en la autoestima.
- Fijar intenciones junto a un plan de acción.
- Enfocarse en una meta a la vez.
- Visualizar y meditar.
- Realizar afirmaciones positivas todos los días.
- Escribir las intenciones, dejarlas en un lugar visible y leerlas todos los días.